16/3/10
Los niños cherry
Entonces los niños cherry se besan. Se besan vírgenes y se beben toda la magia del día. Comen copas de helado y buñuelos de ángel. Tirados sobre el verde abrigo. Se rozan las manos con almíbar. Se filtran la saliva a escondidas y las narices chocan en anaranjado vaivén. Entre ellos se regalan collares de almendras y deseos. Amándose tanto. Los niños cherry. El sol los envenena con belleza sórdida. Son hermosos y lo saben. Corren y gritan cosas que no deben ser oídas. Los niños cherry. Se desnudan y se protegen del peligro. Abrazados para pelear con el frió. Nada los detiene. Los varones mas grandes entretienen con nubes y espuma a los pequeños, temerosos besan, se comen. Un puñado de ilusiones son untadas en los niños cherry. Se esconden pues llego la guerra. Bombas verdes iluminan la noche severa. El paraíso desaparece. Los cherry deben emigrar a otro sitio. Todo fue devastado. Todo fue mordido por la guerra.
Lo único que quedo es esa carne herida, lista para ser curada por un niño cherry. Entre el sol y la arena. Entre los besos y la condena.
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